Entrevista radiofónica CLAVE7 del pasado viernes noche, día 2 de mayo de 2014.
Lamentablemente la entrevista que me hizo el equipo de radio Clave7 el viernes por la noche, tuvo fallos técnicos y no sólo no se emitió por completo sino que la grabación del pot cast también ha fallado. Para tod@s lo que hubieráis querido escucharlo o escucharlo después os dejo aquí mis respuestas por escrito; pues más o menos es lo que se habló aunque fue mucho más ameno. Un trocito se pudo salvar y espero colgarlo también.
Un beso grande.
Claudia Bürk
¿Cómo explicarías la existencia del sufrimiento en
todos sus aspectos?
Verás, el sufrimiento, el
dolor y el miedo son elementos en la ley del progreso vital. La humanidad
entera en ésta tierra, mejor digo en éste mundo está en un parto laborioso.
Siendo éste un mundo intermedio dónde venimos voluntariamente a progresar, el
sufrimiento es el resorte que nos lanza hacía adelante, nos hace avanzar como
seres. Ojo, no me refiero a lo que somos como ente con corporalidad, pues el
cuerpo tan sólo nos sirve como vehículo por estos lares, sino como seres
completos que somos ya en otras partes.
Imagínate que estuvieras en
un videojuego o en second life, tú estás dirigiendo a tu personaje en el juego,
pero él desconoce que está siendo dirigido por sí mismo desde otra parte. Supón
también que en ese juego el personaje que tú interpretas obtiene consciencia
propia. ..Pues voilá ahí estarías tú en esta vida. Para que el personaje avance
en el juego, se le pondrán trabas, dificultades, por ente sufrirá. Pero el sufrimiento
le generará fortaleza, cada vez más resistencia y al final saldrá de la partida
victorioso. Y si falla, el juego volverá a empezar.
El sufrimiento es el método
más eficaz de avanzar por el mundo, el que más nos instruye, el que más
rápidamente nos hace madurar. Es por tanto de suma utilidad en nuestras
existencias, pues al igual que si no hubiera oscuridad no podríamos advertir a
la luz, de no haber sufrimientos, esfuerzos y penurias previas no apreciaríamos
los estados de dicha. Nada existe por sí solo, todo es dual y así se equilibra.
Ah y comentar también, que sufrimos las penas de nuestra propia imperfección.
Todas las miserias que se pasan en ésta vida corporal, son consecuencia directa
de faltas cometidas, ya sea de la existencia presente o en anteriores. Así como
todos los malhechores que nos encontremos en el camino vital son en realidad
también figurantes puestos en escena por el GRAN TODO para el avance individual
y global. Cambian los roles, cambiamos de envoltorio. Los verdugos quizás antes
eran sometidos por nosotros, en otro lugar, otra vida.
Yo invitaría a los oyentes a
analizar sus sufrimientos propios, sus penas pues desde ellos se puede juzgar
directamente la naturaleza de las faltas anteriores y conocer de qué fueron
causa. Por poner un ejemplo, si en otra existencia o quizás ya en ésta has
engañado a alguien, luego consecuentemente tu sufrirás la misma suerte por el
que habías engañado. Si mataste a alguien, posiblemente morirás en manos de tu
víctima en otra existencia. Las leyes existenciales son absolutas, maravillosas
y justas. Sólo que aquí, siendo jugadores no nos reconocemos en el otro lado,
donde a su vez nos dirigimos todo el tiempo.
¿Qué es la muerte? ¿Por qué morimos?
Directamente: la muerte no
existe. No me gusta ni tan siquiera la palabra, prefiero “Tránsito”. La vida
actual que experimentamos, la que experimentáis vosotros, los oyentes ahora
mismo en el tiempo actual, es una mera interpretación, un ajuste de cuentas por
vuestro estado evolutivo y de muchas existencias anteriores. Aquí estamos en un
mundo físico con las leyes físicas que conocemos y por tanto necesitamos aquí
un “vehículo” que se adapte a tal mundo circundante. Ese es nuestro cuerpo que
nos envuelve. Creer que nuestro cuerpo somos nosotros, es totalmente absurdo.
Cuando conducimos un coche,
muchas veces podemos tener la sensación de fundirnos con él, visto desde fuera
o si un marcianito nos mirara desde arriba, diría “Esa cosa con ruedas es un
ser vivo”, pero no, pues sólo lo usamos para conducir e ir más rápidos que
nuestras piernas. En cuando abandonamos el vehículo, éste se vuelve inmoble,
sólo queda una cáscara. Lo mismo ocurre con éste cuerpo físico, que no recuerda
que forma parte de algo mucho más completo que somos en verdad, nosotros
mismos.
Imagínate que ahora mismo
toda tu consciencia se te fuera a los pies. Serías sólo un pie, ignorando el
resto de tu cuerpo. Si volvieras a despertar desde el pie y ser tú en el cuerpo
dirías “Vaya, yo era esto todo el tiempo, ¡qué pasada!” Algo parecido ocurre al
fallecer: nos volvemos a encontrar con nuestro “yo” completo. Ya no tenemos
dudas, ya no nos somos ajenos a nosotros mismos. Sin embargo, existen muchos
universos y mundos y nos experimentamos continuamente en todos ellos y de cada
experiencia traemos algo de vuelta. Así que lo que aquí llamamos muerte en
realidad es la vuelta, el regreso a la vida real. Esto sólo es la matrix, el
vídeojuego o second life. Así que si fallecemos, es sencillamente porque en el
aquí y ahora ya hemos concluido lo que desde el otro lado nos propusimos hacer.
Digamos, que es el fin de una pequeña partida en el gran juego.
¿Por qué venimos aquí, al mundo?
Sencillamente a experimentar
distintos planos de la realidad. La realidad tiene tantas caras que no
podríamos asimilarlas desde aquí, es imposible. Pero sí lo comprenderemos cuando
estemos de vuelta una vez más con nuestro “Yo” completo.
El todo, el gran macro ser,
Dios, del que formamos parte se experimenta sin fin a través de sus criaturas
que a la vez son él en sus infinitas formas. Todos, hombres, vacas,
hormigas…Plantas…Venimos aquí a experimentar la vida desde este plano físico,
pues hay infinitos planos físicos distintos. Y viajamos por todos,
continuamente. Por ello es tan importante respetar a todas las demás formas de
vida. Porque ahora no recordamos quienes fuimos otras veces en el gran juego ni
sabemos desde aquí quién seremos mañana.
Se vive para avanzar. Se
viene para la acción. La inacción y la negación a decisiones vitales conllevan
al estancamiento. Cuantas más decisiones tomemos, cuanto menos miedo le
tengamos a ésta experiencia vital, tanto más iremos hacía adelante. El mundo
actual está destinado a mejorarse a través de todos nosotros. Nuestra época
actual, aquí, ahora, está señalada para el cumplimiento de un avance muy
grande. La perfección y el orden de una habitación están en relación de su
habitante. Así a través de los tiempos el ser humano se ha ido perfeccionando
en comprensión, ha ido asimilando que la violencia y el ojo por ojo no es el
camino.
Somos mejores ahora y por
tanto el mundo mejorará. Si hablo de que esto está próximo, no hablo de cien
años adelante ni tampoco 200. Sólo que está próximo y voy a dejarlo ahí. Por
tanto: hemos venido a éste mundo, ahora y las otras veces para seguir la ley
del progreso que reina en toda la realidad y universos. Vivir es una
maravillosa aventura que tiene siempre la finalidad del progreso, tanto
individual como para el gran TODO. Los
universos son a un tiempo un mecanismo ilimitado conducido por un número no
menos incontables inteligencias, un
inmenso gobierno en que cada ser tiene su parte de acción bajo la soberana
mirada de ese que llamamos Dios, que somos todos a su vez, cuya única voluntad
mantiene en todas partes la UNIDAD.
Todo se mueve en auspicios
de esa gran potencia reguladora, todo funciona en orden perfecto bajo la
inspiración de esa gran inteligencia directiva. La vida y todas las que hemos
vivido ya y no recordamos, las que vendrán tiene por tanto el más estricto
sentido de formar parte del todo que siempre estuvo y siempre estará. Hemos
sido y somos seres eternos. No tiene sentido querer escapar de esa realidad,
sólo porque desde aquí esa idea puede resultar tediosa. Comprendemos cada vez
que nos unimos con nuestro “yo” completo, pero nos volvemos a confundir al emprender
una nueva existencia, pues todo vuelve a empezar y siempre con matices
distintos.
¿Para qué existen las dificultades y la enfermedad?
Todo lo que desde aquí nos
parecen perturbaciones, son movimientos parciales y aislados y éstos nos
parecen irregulares únicamente porque nuestra “vista” no puede alcanzar el
conjunto ni nuestra inteligencia corpórea y mental comprender el objetivo. Si
pudiéramos verlo todo realmente como es, veríamos que tanto las dificultades
como las enfermedades, los sufrimientos son sólo aparentes y temporales con un
fin concreto y que hacen su juego en la gran armonía cósmica. Esta previsión de los sucesos progresivos (es
como yo llamo a las dificultades, la enfermedad y el sufrimiento) nada tienen
de extraño en seres desmaterializados que ven desde su posición el objeto a que
todo tiende. Si juzgamos el sentido de las enfermedades y de los padeceres, es
como si juzgáramos el tiempo que un árbol necesita antes de dar frutos. Ciertamente
el que está sufriendo una enfermedad no sentirá justificación a mis
explicaciones, pues ya podrá venir quién sea alabando las virtudes del dolor,
que cuando éste aprieta no hay razonamiento que valga. Yo no trato de ensalzar una mística de la
enfermedad. Sin embargo, muchos enfermos tras su experiencia reconocen haber
encontrado una fuerza vital que antes no tenían. Todo lo malo que nos pase,
siempre, siempre será recompensado por el bien posterior, en todos los casos.
Esos males son un mero camino.
¿Todos tenemos un proyecto vital que llevar a cabo?
Así es. Sólo que muchas
veces esos proyectos esas finalidades vitales se esconden en lo que nosotros
despreciamos. Adoramos las formas, los títulos, la apariencia. Es más
importante parecer que ser. Lograr el estatus, poseer conocimiento…Todo eso
está muy bien, pero no responde a lo que el macro ser y nosotros mismos desde
otro lado queremos realmente para nosotros. No nos dejemos confundir por esas
formas. De lo que lleguemos a ser hoy en ésta existencia, podremos llegar a
deducir lo que seremos mañana en otra. Nadie habrá alcanzado su proyecto vital
ni será feliz en las vidas sino cuando los sentimientos de fraternidad y
solidaridad hayan entrado en sus corazones y en sus costumbres, porque entonces
ajustarán a ellos sus leyes y sus instituciones. Conciliar esos deberes de
fraternidad amorosa con los demás, hombres y animales es el proyecto vital de
todo ser viviente, indistintamente a que hayamos venido a ser escritores,
políticos, simples mujeres de la limpieza o vagabundos.
Nacemos, no obstante, con
una serie de facultades. Cada cual debe libremente descubrir las suyas, es su
máximo derecho y hacerlas servir en el mundo para el bien de éste. Descubrir
nuestro potencial y aceptarnos tal como somos, tomar el derecho de ser uno
mismo, nos llevará a la felicidad estando ya aquí y ahora. Zapatero a sus
zapatos, si, pero con la convicción de que todo lo que hagamos contribuirá a un
bien global y no tan sólo personal. George Eliot que era un novelista del siglo
XIX dijo esto:
“Que el bien aumente en el
mundo depende en parte de actos no históricos; y que ni a vosotros ni a mí nos
haya ido tan mal en el mundo como podría habernos ido, se debe, en buena
medida, a todas las personas que vivieron con lealtad una vida anónima y
descansen en tumbas que nadie visita.”
Así que si alguien de entre
quienes nos escucháis ahora pensáis que vuestra vida es demasiado
insignificante o que la vida lo está tratando injustamente, recordad esa frase
y recordad que los mejores de entre nosotros pasan calladamente, no gritan ni
vociferan, no hacen grandes cosas pero sobre ellos el universo delega el mayor
de los sentidos vitales: la humildad.
El Bien y el Mal, ¿cómo reconocer ambas cosas?
Es muy, pero que muy
sencillo de responder porque absolutamente todos conocemos la respuesta y nunca
la queremos tener presente: lo que no quieras que te hagan a ti no lo hagas a
otros. Con otros me refiero no sólo a nuestro igual, sino a todas las criaturas
existentes. Si ahí fuera ves que a alguien le hacen algo que tú mismo no
quisieras para ti, estás ante el mal. Si tú le haces a otro lo que no quieres
para ti, estás haciendo el mal. Como digo, muy sencillo de reconocer.
¿Para qué sirve la maldad?
Por ahora no queremos creer
que el mal exista por obra de una potencia benéfica. Por ello el Cristianismo,
conforme en esto, nos dice que Dios es
único, eterno, inmutable, inmaterial, todopoderoso, soberanamente justo y
bondadoso, infinito en todas sus perfecciones. De ahí que, la parte negativa,
la maldad, había que atribuirla únicamente a algo o alguien fuera de Dios y de
ahí las figuras de los demonios. Sin ánimo de criticar tales teologías, sólo
quiero decir que es mucho más comprensible si admitimos el mal en el mundo y en
los mundos como trampolín para el bien, como camino para ir hacía el bien y que
todo viene del mismo Dios, es decir de la ley del progreso cósmico. Hay que
aceptar todo como es. Aquí como ya dije,
las cosas se nos presentan confusas con un propósito de prueba, nos
decepcionan, nos tientan, nos confunden para encontrarnos a nosotros mismos,
poco a poco. En el mundo de las formas no podemos reconocer la real justicia.
Tan sólo una actitud sirve: ponerse en manos de ese que llamamos Dios, el gran
Macroser cósmico, el sentido del Todo y confiar. La palabra clave es CONFIANZA
y mientras tanto, hacerlo lo mejor posible: AMAR A LOS OTROS, SER CARITATIVO
CON LOS OTROS SERES VIVOS, HOMBRES Y ANIMALES.
Ah y tened presente una
cosa: cuando la recompensa es grande, ello hace necesariamente que la lucha lo
sea también. Quién en ésta vida más se enfrenta con la maldad, mas la sufre,
más dificultades pasa, mayor cosecha obtendrá.
¿Es bueno ser religiosos?
Naturalmente que es
beneficioso ser religioso. Todo lo que nos haga reflexionar sobre nuestro
verdadero origen y sentido de la vida es positivo, todo aquello que nos deje la
esperanza de continuidad es positivo. Lo que no lo es en absoluto es el
fanatismo o las religiones que se imponen. No veo con nada buenos ojos esto
último: el ser humano ha venido con sus singularidades propias para
experimentar desde ellas el mundo, la realidad y aportar esa información a su
regreso al GRAN TODO, que es unicidad y a la vez lo somos todos. Coartar esa
libertad de ser uno mismo, no sólo es nefasto sino que nos frenará en nuestro
progreso evolutivo como seres.
Me gustan las religiones que
procesan el amor al prójimo, las que hablan de fraternidad y caridad. Las que
nos dejan ser como somos y no juegan con el miedo y la coacción para que seamos
ovejas que no piensen por sí mismos. Los animales vienen a ser cómo son. Nadie
les habla de religiones. Experimentan la existencia desde su singularidad y
traen de vuelta lo que han captado. La creación es un gran ser inteligente que
necesita continuadamente experimentarse a través de sí mismo, por ello nacemos
en los mundos con formas y maneras diferentes para que cada ángulo quede visto
y explorado. Es maravillosísimo. Muchas religiones saben de qué hablan, otras
tienen algo de bueno y mucho de malo. Tildan a los librepensadores de herejes y
de infieles. Me entristece que esto sea así, pero también eso tiene un sentido
en nuestra evolución. Porque todo, todo lo tiene. Yo desde aquí hago un
llamamiento a que seáis de la religión que seáis, descubráis el mundo con
vuestro corazón. Independientemente que seáis católicos, hindúes o del islam,
no hagáis como el avestruz. Quién os viene a imponer que sus ideas son
absolutas no os dirá la verdad. Sólo aquellas ideologías que os hagan pensar,
os inciten a brillar, a construir la estrella que estáis destinados a ser, esas
serán las buenas doctrinas. Lo demás, cuidado.
¿Existe Dios?
Absolutamente si. Quizás nos
hayan confundido en el concepto. Si me permites hablo brevemente qué es Dios,
para que todos se puedan hacer una idea desde sus propias percepciones: Dios es
el TODO, el sentido del TODO, la inteligencia creadora y amorosa absoluta de
todos los universos. En efecto todos somos él, formamos parte de él. Nadie
queda excluido de Dios. Aquí estamos en el vídeo juego, no reconocemos a Dios
desde éste ángulo de visión. Pero está visible en todas partes, en lo bello, en
el libar de una abeja, en el ronroneo de un gato, pero también en lo que no nos
parece tan bello. Todo es él y nosotros somos Dios en toda su esencia. Sólo
debemos buscarlo dentro. Dios está en nosotros, ahí fuera no le vamos a
reconocer por estar confundidos por las formas. Creemos injusto lo que en
realidad no lo es. Dios crea sin parar la vida, Dios es la vida, el amor en su
estado más puro. Todo es un acto de amor, la creación completa lo es. Todo
funciona en la gran rueda y nosotros somos individuos y a la vez cuando
volvamos, tenemos la consciencia completa del Gran Dios. En una sola ojeada percibiremos los efectos y
sus causas y las causas en sus efectos, pero no aquí en la tierra, pues como
digo todo el rato estamos en misión, tenemos que recopilar información para
traer de vuelta. Dios no es parcial ni
tampoco injusto ni mucho menos vengativo.
Jesús vino a enseñarnos
verdades. Pero desde que él vino, ¿Cuántos le han escuchado de verdad? ¡Cuantos
han muerto y cuantos morirán sin escucharla! Y entre los que la conocen,
¿Cuántos son los que la ponen en práctica?
A ejemplo de JESÚS y con él vienen y vinieron muchos otros pero la
sociedad los ha rechazado diciendo que
son demonios, se les quemó en hogueras y hoy en día se les tilda de locos.
Porque en el mundo de las formas y de las falsas doctrinas, ¿cómo reconocer el
mensaje de tantos mensajeros que hablan de Dios? Aquí os diré como dijo Jesús
“Reconoced el árbol por su fruta” así de simple.
Cuando cada día demos
nuestros mejores frutos en el mundo, siendo piadosos, comprensivos, caritativos
y teniendo sonrisas y humor para todos, más estaremos siendo Dios encarnado. Y
si además perdonamos lo que otros nos hagan, sabiendo que sólo están siendo
ejecutores de un juego, cuanto más usemos el perdón como poderoso contrapeso
contra el mal, más nos uniremos en el aquí y ahora con quién todos llaman Dios.
¿Cuál es el sentido existencial?
Claramente: el sentido de
todo, la existencia al completo gira en torno a una evolución. Dios es
evolución. La vida y toda la existencia evolucionan. Venimos, como ya dije a
experimentarnos con la forma que hemos tomado el entorno, el escenario en el
que hemos sido puestos por un tiempo, en el caso de ahora, en el mundo. La
existencia consiste en recoger la mayor información posible a través de nuestras
percepciones y singularidades, así un pájaro experimentará cómo es volar, un
pez cómo vivir en el agua, un ser humano podrá tener infinitas experiencias. Si
nace alto verá el mundo desde esa perspectiva, si nace poco agraciado
físicamente experimentará las sensaciones de ser así en el mundo, quién viene
agraciado experimentará la aceptación, quién es ciego traerá de vuelta la
agudeza de sus otros sentidos y todo formará el gran todo, continuamente,
porque la creación es infinita, no sólo lo que creemos ver aquí, sino que
existen infinitos universos y mundos poblados con seres que no imaginaríamos
nunca desde aquí, mundos de consistencias físicas muy diferentes, con leyes
físicas totalmente desconocidas ahora . Todos están experimentándose para
volver continuadamente al gran Todo, a Dios y recopilar y construirse sin
parar.
Por último quiero decirles a
los oyentes que ellos mismos se han impuesto las tareas e incluso lo que ahora
ven como desgracia y padecimiento mucho antes de venir aquí. Cuantos mayores
sean las dificultades, mayor es la fuerza con la que hemos venido a dar el
salto. Evolucionamos constantemente, eso no tiene paranza. La existencia es
acción. La inacción nos frena, nos estanca. Mirad el mundo y vuestra vida con
esperanza, nada es lo que parece. No tengáis miedo a vivir, a lo que viene, por
mucha crisis que veáis, por mucho que esos que han venido a confundirnos porque
ese es su papel os hagan creer que las cosas van mal. No es cierto. Todo está
bien y todo nos llega a pasar por orden natural de las cosas. Nada es para
siempre. Todo lo malo que paséis os elevará. Confiad en vosotros, en vuestras
capacidades y consecuentemente en Dios. Que no os confundan, tened esperanza y
confianza cada día. No os enturbien la mirada y cuando eso ocurre, llevad los
ojos a la parte bella de la vida. Mirad un jardín en flor, un animal jugando,
un niño sonriendo y entonces sabréis que en medio de tanta confusión hay una
belleza impresionante y que nada es lo que parece, que el amor es la fuerza que
mueve el universo aunque desde aquí os confundan las formas que el amor tome
como camino.
Obligaros a ser felices. La
felicidad no es gratuita, se ejercita con la voluntad de querer ser felices y
no depende de ninguna circunstancia ni de tener o no tener cosas o dinero. Nace
desde vuestro interior. La mayor obligación y responsabilidad en el mundo del
ser humano es obligarse a ser feliz contra todas las adversidades, vence quién
se vence. Y daros, daros al completo porque así todo será vuestro. Y amad,
dejad que el corazón os rebose de amor y veréis que poco a poco sobrarán las
preguntas. El alma del mundo, de todos los mundos está en vuestros corazones.
Cuando las formas y los sucesos ahí fuera os confundan, mirad adentro con
serenidad, tenéis en vosotros concentrados los universos. Los caminos que debéis tomar están en
vosotros.
Aquí el podcast de programa radiofónico Clave7 donde podréis escuchar parte de esta entrevista:
Aquí el podcast de programa radiofónico Clave7 donde podréis escuchar parte de esta entrevista:
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