Mi falta de modestia


Pienso corregir el error de haber vivido demasiado para mí y no para los que merecen que se les apoye en todo lo que hacen y son. Aun recuerdo cuando, a penas, publiqué mis primeros textos me sentí una Virginia Woolf formando parte de la literatura universal. 
Dios mío, ¡cuánta modestia me enseñó la vida desde entonces! ¡Qué falta de humildad tenía y a cuanta humildad debo aspirar aun!

Ahora comprendo que el conjunto del que es escritor de verdad, es aquel que escribe pero también vive y no posa como escritor. Prefiero ser alguien gris, apartado de todo, escribiendo sin ser advertida pero sin olvidarme de los que importan, los otros en el mundo. 

Los también grises, bueno, mejor dicho los que lo parecen o se creen grises. Mejor vivir y escribir para todos ellos, volcarme en ellos, existir para esos ignorados. Prefiero a ser grande, ser una gran gilipollas pero saber que mi vida tuvo un sentido verdadero dándome. Porque si algo me llevaré de este mundo, no será lo que he escrito, no será lo que he tenido o cuanto haya sido, sino aquello que haya dado. 

El genio en mis escritos siempre lo ponen los otros y mi vida siempre tendrá que estar por debajo de ellos (los escritos y también los otros). Quiero ayudar desde el cariño a que los otros sean todo lo bellos que están destinados a ser. Es mi única pretensión, pues todo lo demás podré perderlo y no lo sentiré. Pero jamás lo entregado desde el corazón…

Sub umbra floreo: c.bürk

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